5 de Octubre - Día de la Educación Vial

lunes, 4 de octubre de 2010

Aprender a conducirse en sociedad

Existe una misma solución para dos profundos problemas de nuestra sociedad: la desorganización del tránsito y los reiterados accidentes; es la Educación Vial y su puesta en práctica.

No es una tarea sencilla la de incorporar en una sociedad hábitos inexistentes. Y en una sociedad tan individualista como la argentina, el desafío es más arduo aún. Por eso se hace vital la formación de ciudadanos responsables desde pequeños. En la educación vial, esta máxima se hace indispensable, porque si conseguimos incorporar en los alumnos los conceptos básicos de vialidad a lo largo de toda su enseñanza, paulatinamente conseguiremos ciudadanos conscientes, que aprenderán a manejarse con sensatez, prudencia, tolerancia y respeto, cuatro condiciones básicas a la hora de transitar.

La mejor manera de que los niños comprendan las reglas viales es enfatizar todo lo que sí se puede hacer, y qué beneficios trae hacerlo bien, para luego explicar lo que no se puede hacer y por qué. Es preciso que comprendan que el fin último de las normas, incluso las que parecen más rígidas o arbitrarias, es la búsqueda del ordenamiento, en el que cada individuo conserva su lugar y respeta el del prójimo.

La educación vial forma una "conciencia vial" que no sólo previene los accidentes de tránsito, sino que forma usuarios de la vía pública disciplinados y seguros, resultando de ello una sociedad tranquila, autoprotegida y gozosa de mejor salud y una calidad de vida superior.

Pero más allá de toda enseñanza teórica, son los padres el elemento más importante de motivación en la educación vial de los hijos, mediante el buen ejemplo diario en el cumplimiento de las normas de tránsito, bien entendidas, acatadas con serenidad y respetando al resto de los actores viales.

Todos utilizamos la vía pública, y por eso debemos comportarnos y actuar de acuerdo con las normas establecidas, sin olvidar nunca que nuestros derechos son iguales a los del resto de la gente. Debemos tener presente que el fastidio y sobre todo la impaciencia son condiciones negativas para transitar, y sin duda aumentarán la inseguridad de la circulación.

La educación vial tiene una gran ventaja, y es que se basa en la enseñanza de símbolos. Y tan clara es la función del símbolo que ni siquiera es necesario saber leer, lo que facilita a los niños el aprendizaje, porque conociendo los colores y diferenciando las formas, pueden saber fácilmente qué indica cada señal.

En este día, es pertinente duplicar el esfuerzo en pos de que los niños conozcan las reglas que deben cumplirse en la calle, porque sólo asumiendo a conciencia que el tránsito debe regirse por normas ineludibles podrán asumir una actitud responsable como usuarios de la vía pública, cualquiera sea el medio en que se manejen

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